
Nunca antes Rusia había estado en un estado tan lamentable como al comienzo del siglo XVII. Enemigos desde afuera, discordia desde adentro, problemas entre nobles y, sobre todo, completa y absoluta anarquía amenazaban las tierras rusas con un desastre inminente. Rusia, 1612, Tiempo de Problemas. El país está devastado por guerras y hambruna. Impostores compiten por el poder. El Kremlin está ocupado por la guarnición polaca. Parece no haber esperanza. En medio de estos tiempos difíciles, se